diccionario compartido con mi amapol!!!!!!!!

víbora
amapol/a
xupa
la de comé
chupa la almendra
salvajosa
jack....sssssssss......uuun
tá guenooooo
xi ella lo hará
exsall.....eeeeend o ecs-el-eeeent
cónti-nu-emmm
cuerrrrrrr-doo
sss-lurrr-pll
guás-ca-la-fu
clavame el shuriken
refregar-se/grapejar-se
estoy en el nirvana
el pone los espejuelos
fájatela
no me digas eso
sálut
mala-muunt
fbé-ni-cá-ssimmm
ac-so-lutaménte convencio
es-quí-váááá-da
cástor-ánararamúnt
ol vfi dá doooooo
colorí mééé trí coooo.
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El peón_La obsesión que te perdió:

Tú, tan frágil y sensible, como una flor que apenas acaba de brotar en un campo salvaje, lleno de malas hierbas, tú.
Te dejaste llevar por un reflejo de esa frágil niña pálida, te dejaste seducir por sus delicadas maneras, por su aspecto de cuento.
Olvidaste tu pasado, tu presente y aún tu futuro. Quisiste cambiar las piezas del ajedrez, la reina que te había seguido durante tantos años por un triste peón,
una chica peón te robo el corazón, ese que tanto tiempo permaneció como un témpano...
Pero jugaste mal, tan mal que nunca llegaste a hacer jaque...
La partida duro tanto tiempo, ese tiempo que no supiste emplear en buenas maneras, ese en el que tu mente divagó demasiado, para luego perder todo lo que pusiste en juego y así la partida acabó.
No supiste jugar. Te emocionaste moviendo las piezas sin pensar, ¡ay de ti, el ajedrez es un juego mental!
Pobre jugador que te obsesionaste con ese triste peón, teniendo una gran reina en tu poder...
Tú, tan mental y cuadrado, conformista conservador. Amo de sus cosas.
¿ Quién te indujo a cambiar reina por peón?
Y ahora... donde está el tablero, donde está la reina...
¿ que fue del peón?
Pensaste, quizá que podías poseer la reina mientras movías el pobre peón, pero uno no es grande por tamaño... ¡ese fue tu error!
El insignificante peón se reveló, te quedaste sin jaque, sin reina y sin honor...
Pasaron los años y jamás volviste a jugar.
-¡Es juego de niños!- te ponías a gritar...
Y así el niño jugador se echó a llorar y nunca movió ficha por miedo a soñar...
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Pobre niño endiablado:

Perdido en un vacío,
sin sentido, vivido.
Tu vanidad y tu egoísmo,
te llevaron a un profundo abismo.
Pobre niño endiablado, poseído y amordazado,
ese niño tan triste y desorientado, blanco y aquejado.
Tuviste salvación por la mujer cristal,
pero de malas maneras supiste actuar.
Ella tan transparente y reluciente,
regalándote su luz
para curar tu pesada cruz.
Y tu tan frío y con tantos amoríos...
Ella que te entregaba su vago calor,
y tu, tan sólo amargor..
la mujer cristal supo que eras su peor mal.
En una noche algo aconteció
y el cariño de la cristalizada dama desapareció.
Al corazón de ella nunca quisiste llegar,
mentiras ensombrecidas llenas de cal.
Tu cabeza en el pasado, tu corazón ahí embriagado
esa negra dama que habitaba en tu cabeza,
te arrastró de ella...
Ella sólo te quería curar y con destreza supo aliviar,
el demonio que yacía en ti expulsó
con su dolor y todo su valor.
Liberado.
Huiste para siempre de su lado..
Ahí en tu corazón
hallarás un recoveco
cubierto de hielo
ese que ella te regaló con tanto anhelo
y por siempre ahí quedara
aunque la dama negra lo quiera quebrar..
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La carta que nunca te dí_Palabras encerradas en mí:

Son muchos los años que no te he hablado, por miedo, por rencor, por olvido. El caso es que he andado muy ocupada todo este tiempo, en el trabajo, y luego en el estudio. Y mi fallo fue olvidarte, olvidar el amor más puro que he tenido jamás, el no consumado.
Y entonces… llegó ese día, el día que te volví a ver y a saber de ti. Yo andaba a paso ligero hacia casa, acababa de dejarme el tren en el andén, me había colocado los auriculares y seguía mi camino al paso de la música que sonaba, pero de repente mi cuerpo se paró, la música sonó lejana y mi corazón se aceleró. Eras tú. Seguías igual, como si el tiempo no te hubiera pasado, y yo para entonces estaba tan cambiada…
Mis sentidos se agudizaron, mi cuerpo congelado empezó a adquirir un calor sobrehumano y cientos de imágenes acudieron a mi mente. Tú, con tu mirada negra y profunda, tu cuerpo delgado y largo y tu nariz tan personal, esa que te diferencia de todos los demás. Todos esos rasgos me enamoraron, todos ellos y tu grave voz. Tus peculiares historias, tu gran sonrisa y sobretodo nuestros silencios compartidos.
Nuestras miradas se cruzaron por un instante, ese que me pareció eterno, ese que guardo en un lado de mi memoria. Eras real, volvías a ser real y palpable para mi. Pero serías difícil de alcanzar, al igual que yo, habías hecho tu vida, y en ella había un amor. Ese amor que yo no supe darte, lo hallaste en otra persona. Eso lo supe unos días después de haberte visto.
El día que te ví, no supe como reaccionar, no supe que decirte, un simple "adeu" después de todos estos años, que encuentro tan fugaz y triste. Hubiese congelado el tiempo para poder tocarte y susurrarte al oído lo mucho que te quise y seguir diciéndote que mi amor por ti aún no ha muerto, que creo que sigo amándote como jamás he amado a alguien. Pero fue mi error, por no atreverme nunca a hablarte claro sobre mis sentimientos, por no demostrarte cuán significabas para mi, por no adorarte día y noche. Fue mi único error, y el tiempo me lo está haciendo pagar.
En todo este tiempo te he buscado en cuerpo de otros, algún pedazo tuyo en esos hombres que tuve, pero siempre me engañé, pues no tenia que reconstruirte a ti con pedazos de ellos sino ir en tu búsqueda, pero nunca lo comprendí. Hasta el día de hoy.
Y ahora, estás en manos de otra, esa que te adora día y noche, esa que te susurra tiernas palabras y te emborracha de besos, esa que posee tu largo cuerpo y te hace suspirar, esa que es tu dueña y que ha compartido tanto contigo, esa que te robó…
¿Cómo competir contra ella? No puedo aparecer después de tanto tiempo sin decir palabra y pensar que tan sólo con mi presencia volverás a enamorarte de mí, como aquella vez. No puedo pedirte eso. Sería ser una egoísta. Me conformo con saber que estás ahí. Que yo ahora estoy más cerca que nunca, que puedo sentir tu presencia cuando paso por tu barrio, que me encanta saber de ti.
Y me guardo este gran amor que siento por ti, lo guardo muy dentro de mi para que no salga y provoque una explosión que se lleve todo por delante. Lo guardo para mi, porque ya es tarde para dártelo, tu tienes dueña, yo soy un alma errante.
Pero quiero hacerte saber que nadie más que tu me ha hecho sentir algo igual. Tu, has erizado cada uno de mis pelos, has llegado a mi corazón dándole más energía para latir, tu me has hecho sentir que la vida está llena de color.
¿Porque nos separamos? Eso sólo lo sabe el destino, ese que está escrito y que me atrevería a cambiar solo para poder estar a tu lado una vez.


Ahora podré verte con más frecuencia, y espero verte sólo porque si te veo con tu dueña, a pesar de que es inevitable, a mi corazón se le abrirá una nueva grieta y no creo que lo soporte…
Pero anhelaría oírte una vez más, poder hablarte sin miedo, escuchar esa voz que suena como un eco dentro de mi, compartir una cálida charla sin más. Sólo verte de cerca. Tan sólo empaparme de ti sin tocarte, sólo imaginando que lo hago.

Tantas son las veces que te he imaginado, que no puedo hacer más que vivir una y otra noche esperándote en mis sueños. Ahí soy yo tu dueña y tu el mío, ahí puedo tocarte y sentirte palmo a palmo, recorrer todo tu cuerpo mientras mis pelos se erizan, acercarme a tus gruesos labios y besarlos con ese ansia de sed que tengo de ti. Mirarte a esos profundos negros ojos mientras me fundo contigo, y te entrego mi cuerpo y mi alma. Jadearte al oído mientras nuestros cuerpos llegan al nirvana al unísono, y mirarte una y otra vez y sentir que eres mío, que eres parte de mí, que por fin te he encontrado y somos uno. Embriagarme de ti noche tras noche hasta quedar exhausta de tu amor, y sentirte dentro de mi cada instante.
Pero la realidad es otra, tu estás lejos, no puedo jugar contigo, jamás lo haría. No puedo robarte como si fueses un objeto de valor, sólo puedo esperar…
Al igual que la vida me ha vuelto a ti, a reencontrarte aunque sea de lejos, alhomejor la vida me puede aproximar algo más a ti, volver a ser tu amiga. Poder reírme otra vez como lo hicimos.
Olvidar el pasado y empezar un nuevo presente, uno en que nos comuniquemos con total transparencia, sin miedo, sin secretos. Uno en el que me pueda volver a enamorar de ti, porque eso es algo que jamás cambiaría, una vida tras otra seguiría amándote, quizá en esta ya te he perdido, pero en otra vida puede que te encuentre y te ame sin reparos, sin barreras, con toda mi verdad y mis sentidos. Entonces no te dejaré escapar.
Esta es la segunda carta que te escribo, de la primera ni me acuerdo, no se si llegué a decirte todo lo que sentía por ti. No me acuerdo. Pero si que recuerdo el modo en el que me cogiste la carta y te la guardaste en el bolsillo trasero de tus vaqueros, esos pantalones tan andrajosos que solías llevar a diario que mostraban tus rodillas, esas que tantas veces he soñado. Y después, tu tierna sonrisa, lo que desconoces es lo que aconteció después del reparto, me eché a llorar de alegría, de emoción de exaltación, había empleado tanto tiempo en escribirte esa carta, no te lo puedes llegar a imaginar, y no me decidía a dártela. Hasta que saqué valor y me encaminé hacia tu casa, por el camino iba parándome y retrocediendo rumbo a mi casa, pero saque el suficiente coraje para llegar delante de tu puerta y tocar el timbre. Entonces supe que ya no había vuelta atrás, que tenía que enfrentarme a ti, a mi amado. Lo hice, y me sentí la mujer más feliz en la Tierra.
Bien, esta es la segunda carta que te escribo. Y esta si que permanecerá conmigo. Nunca sabrás de ella, quizá pase mucho tiempo y te encuentres en el día en que paseando a tu hijo veas una carta en el buzón, que el remitente diga Nadia Chair, y el título sea: la carta que nunca te dí.
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Lust, lost_Ella es una por el día y otra por la noche:

Era una tarde cualquiera, una más en esa vida tan aburrida… pero las horas pasaban y la hora de la salida se aproximaba, llevaba unos días parada, quizá unas semanas…
Necesitaba salir de aquella cueva tan oscura, fría y llena de recuerdos, particularmente amargos, pues las paredes del ático 11 encerraban un sinfín de historias, todas ellas estaban grabadas con tinta transparente y sólo ella las captaba, como si se trátase de una médium.
La hora llegaba, esta vez no preparó uno de esos suculentos manjares que solía hacer a sus invitados. Tenía pensado algo más informal, una especie de pica-pica, además conocía muy bien a su amigo y sabía que preferiría una cena ligera. Así que se vistió, estrenando una camiseta fucsia con una ilustración muy personal, que le había regalado su iru aquél mismo día, y enchufó la plancha para hacerse el flequillo.
Cuando se estaba planchando los primeros mechones, la puerta sonó enérgicamente, él ya estaba aquí.
Se abrazaron emotivamente y se besaron las mejillas. Le tenía un cariño fraternal, eran dos buenos amigos. Estuvieron un rato hablando y sobretodo riendo, ella se reía mucho con él, bebieron y comieron. Sobretodo bebieron, empezaron a buscar cosas chistosas a través de Internet, y seguían riendo y comentando…
Esperaron a media noche y empezaron a hablar sobre que lugar podrían visitar, para una copa y unos bailes. Finalmente se decidieron, se despidieron de la compañera de piso de ella, su querida iru, ella yacía delante del ordenador como hechizada por todas esas imágenes y colores de la pantalla, se estaba comunicando con alguien muy querido y lejano, estaba en otro lugar, pero la palabra adiós la despertó del hechizo vampírico, y con esa tierna sonrisa que la caracteriza se despidió de ellos.
Subieron al coche, la noche no era muy fría pero era silenciosa, como aquél pequeño pueblo que ella tanto adoraba.
Tomaron rumbo a un pueblo cercano en el que la fiesta tenía otro sentido, unos pocos kilómetros y el desenfreno junto con el alcohol estaban listos para servir.
Llegaron. A pesar de que llevaba las gafas puestas, notaba una tenue niebla en el ambiente. Entraron juntos de la mano, a simple vista podrían haber parecido una pareja formal, pero no, eran dos grandes amigos.
Entraron por la sala de atrás, al parecer había un concierto en la sala principal y si querían acceder a ella el precio era más elevado, además no buscaban una velada tranquila, esa noche querían una orgía de música y bebida con una pizca de intrusismo. De hecho, ella quería.
Él estaba comprometido y sólo tenía corazón para su dama. Ella buscaba nuevas experiencias, historias locas para relatar y un poco de cariño en todos esos corazones que se disponía a conquistar para luego hacerlos añicos. Buscaba almas pérdidas, como la suya, para alimentarse de ellas y conseguir algo más de lucidez, en esa vida tan terrenal y monótona.
Anduvieron un rato por la sala pequeña, y con unos cuantos litros de alcohol en el estómago empezaron a bailar y reír al son de la música. Se abrieron las puertas de la sala contigua y decidieron visitarla. La música era mucho mejor allí, aunque el concierto aún seguía en marcha, y al parecer era bastante pésimo, sobretodo la voz de muñeca de la cantante. Ella empezó a buscar como la leona busca su presa, vio a un par de víctimas bastante apetecibles y de repente… su vista se topó con una presa, una que ella conocía que había visto y conocido en una ocasión en la que ella era la dama de día, sus ojos se encontraron y por un instante el tiempo se congeló.
¿La habría reconocido? Ella si, y una sonrisa se dibujó en su pálida cara. Él seria la presa.

Lo había marcado, sí, tan solo con la mirada, con aquella mirada hechizadora y directa que tenía. Se giró y siguió disfrutando de la noche con su acompañante. Pasaron unas horas y mientras se mezclaba entre todos aquellos maniquíes guiados por sonidos electrónicos y la excitación se olía por doquier, la presa volvió sigilosamente acercándose cada vez más a ella. Ella seguía absorbida en esa fiebre de éxtasis que respiraba el edificio, hipnotizada por cada nota que sonaba y en una nebulosa cada vez más opaca.
Traspasó la cortina de humo y lo vio, él le devolvió la mirada con un extra de sonrisa tentadora. Lo sabía, era la hora de atacar, de alimentarse de ese cuerpo divagante que la esperaba ansiosamente.
La dama de la noche sabía todos los trucos para encantar a sus víctimas, era una maestra en el arte de seducir, una sola mirada acompañada de un gesto desinteresado y los hombres caían delante de ella…
Hablaron y hablaron, bebieron, rieron, se mostraron totalmente transparentes, se fundieron con la noche y acallaron todas las voces de la discoteca, sólo ellos dos.
Salieron del recinto y caminaron hasta la madriguera de él. Todo flotaba, se sentía como en un cuadro expresionista en el que no faltaba ninguno de los matices de la paleta. Iban cogidos de la mano, para no caerse, para mantener el equilibrio entre los dos, o para darse ese amor que se darían unos instantes después, tan efímero.
Se pararon a medio camino y él la beso tiernamente. Uno de los besos húmedos y apasionados que acontecería en toda la noche. La dama de la noche envolvió en su manto a aquél desorientado chico, y la noche los guió a ambos.
Se amaron apasionadamente una y otra vez, hasta que los cuerpos desnudos, sudados y sin apenas fuerzas se abandonaron él uno junto al otro, durmieron como dos bellos y jóvenes amantes.
Las horas pasaron y los ruidos aparecieron del exterior entre aquellas cuatro paredes. Ella se vistió, mareada, sudada, llena de él, desorientada. Él la besó en la espalda y le trajo un vaso de agua. Finalmente se levantaron. Ella ya no era la "dama de la noche" se había dormido en algún recoveco de su cansado cuerpo. No sabía como actuar, quería disfrazar su estado, para que su bello amante no notara lo terriblemente exhausta y pesada que se encontraba. Lo consiguió, pero un trago de aquél amargo café la despertó de su disfraz. Ya no podía fingir mucho tiempo más, así que se despidió con un fugaz beso y se dejó caer a manos de aquél sol tan resplandeciente que la acosaría en su caminar.
Se sentía muy leve, su alma… no estaba, la dama de la noche se la había llevado, tendría que caminar y llegar a su casa para cobrar fuerzas y reencontrar su psique. Pero un duro camino le esperaba…
Consiguió llegar a casa, aunque su alma aún no estaba con ella, y su cabeza tampoco, seguía flotando cada vez más alto. Se tiró en el sofá con todo su poco peso y se deshizo de aquellas mortales botas que había soportado todo el camino…
Se incorporó y permaneció lo más recta que su cuerpo la pudo dejar. Estaba rendida y perdida sin su alma ¿ que podía hacer?
¿Cómo se puede recuperar un alma?
Intento comer algo para alimentar su cuerpo y recobrar las fuerzas que necesitaba, pero solo pudo llevarse un mendrugo de pan, le faltaban fuerzas, le faltaban ganas, necesitaba recuperar…
Yació en la oscuridad con sus pensamientos, y los recuerdos, los que podía vislumbrar de la noche anterior, de repente… la puerta se abrió.
Iru, que ahora haría las veces de ángel, ese ángel salvador que había llamado desde su interior.
Había llegado!!!

Unas horas pasaron y la psique empezó a aparecer dentro de ella, la notaba como una brisa fría pero hermosa, su cuerpo empezó a coger más volumen, más fuerza, color. Su cadavérica cara desapareció volviendo a darle a sus labios ese rubor tan atractivo que solía tener. Y su cabeza con un terrible martillazo volvió también a ella, volvía a estar completa, volvía a ser simplemente ella.
Y sus recuerdos le vinieron a la cabeza y contó lo ocurrido a su querida compañera, a su fiel iru a su ángel salvador…
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El amante fugaz:

Toda mujer tiene alguien a quien amar y alguien a quien querer. Y yo ahora tengo alguien a quien querer, bueno ya van un par de años que quiero a ese hombre... ahora hace tiempo que no le veía pero su visita me llegó como un aire primaveral. Ese Dios de ébano cada vez que me posee me deja llena de su fragancia, un aroma que me dura días..
Eran las 02,40 h y mi móvil empezó a sonar con la melodía de Morodo, me percaté entonces de que había recibido un mensaje, busqué el aparato entre los cojines acumulados y di con él.
Leí, era mi hombre divino, al parecer se moría de ganas de verme, de hecho estaba en camino...
Pasaron unos minutos y el móvil sonó, esta vez era otra melodía, la de llamada. La llamada perdida que me indicaba que había llegado a casa, que en unos instantes lo iba a tener entre mis brazos...
Desde el sofá vi una pequeña pero fuerte luz circular, era la mirilla, él subía, se aproximaba a mi, solo para mi!
Lo recibí con un largo y húmedo beso, llevaba una gorra a conjunto con su skate, siempre me había gustado como vestía, ese look desenfadado y a la vez bohemio, me mataba!
Charlamos sobre esto y aquello, mientras mirábamos de reojo la pantalla del ordenador donde había puesto una de esas películas anime que tanto me fascinan, una de samurais. Ninguno de los dos tenía interés por seguirla, además estaba subtitulada con unas horrendas letras blancas ilegibles... como para seguirla teniendo ese cañón de hombre a mi lado acariciandome la mano suavemente...
Nos enredamos, en besos, abrazos y caricias y la noche se fundió con nosotros. Los jóvenes amantes, una vez más.
Al amanecer, volvió su cabeza hacia mi y me sonrió, me besó dulcemente y me tendió su mano para abrigarme con su calor...
Me preguntó la hora, pues mi alarma sonaba enérgicamente, le dije las 10,00 h, me tapó esta vez con el edredón y permanecimos esos últimos instantes abrazados hasta su partida.
Oí un ruido de sabanas y edredón, se estaba incorporando, se levantaba, mi querido se iba..
Mientras se ponía los pantalones y se ataba su melena me sonreía, y me miraba fijamente... es tarde- susurraba.
Le pregunté si quería una taza de café, me contestó - no gracias.
Me levanté y me dirigí hacia el baño, y cuando me estaba lavando los dientes, de repente unos fuertes brazos me rodearon por la cintura y unos labios ardiendo me besaron el cuello, una vez más dejó su marca en mí.
Me despedí de él con un dulce beso, y un abrazo enoooorme, me encantaba abrazar a mi dios de ébano. Y aún bajando las escaleras del piso me dirigió una bella sonrisa y un
- Nos vemos!
- Hasta pronto!- dije para mi bajito...
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El pitillo de la noche:

No se porque extraña razón pero hoy me he fumado un cigarro, la acción no es lo extraño sino que me lo he fumado para calmarme, hace unos instantes. Son las 22,45 h. O quizá para acelerarme.. aun no lo se muy bien...
No soy fumadora, de hecho me ha recordado a mi madre que a pesar de tener asma fuma constantemente...dice que el tabaco le calma, pero ¿de que la calma? de la rutina del día a día, de los problemas, del vacío...
Aún tengo ese amargor del pitillo en mi lengua, la verdad no entiendo como hay tanto fumador ¿como pueden aguantar este gusto tan horrible? además he tenido que lavarme las manos unas tres veces para deshacerme de su esencia.
El caso es que cuando estaba fumando me he sentido llena, sí, de todos esos tóxicos ingredientes que salen en el paquete, que aún así ni con esas palabras el fumador deja de serlo. Para entonces estaba en la terraza, mirando al cielo y a la tierra, en el cielo he encontrado unas relucientes estrellas y mi mente ha empezado a divagar así que de inmediato he fijado la vista para la tierra y he contemplado mi barrio. A mi barrio le llaman "la calle" por algo será.. he visto movimiento; en los señores que paseaban su perro, en una pareja de mediana edad que iban discutiendo y en unos chavales que salían de una furgoneta, con su uniforme azul, no he podido ver la marca que llevaban serigrafiada en sus camisetas.. vaya..
En fin, iba mirando como el cigarro se consumía y entonces me dado cuenta... estoy perdiendo el precioso tiempo que se me ha concedido.. si.. pero es difícil emplear todo el tiempo del mundo sin saber con que fin.. si si claro el carnet B.
Llevo horas, días, semanas, meses! parada, sin moverme... me siento encarcelada, siento que hay un terrible bucle en el que estoy condenada a permanecer y ese puto bucle no se como pararlo.. nunca pensé que iba a decir esto, pero... necesito una rutina!!!! necesito llegar a casa cansada con el tiempo justo de apañarme un plato de comida e irme a dormir con tan sólo unos párrafos del libro que tengo en la mesita de noche. Nos quejamos por todo sí, cierto, pero si no lo hiciéramos seriamos unos inconformistas de mierda!
Y me preguntan un día más... ¿Nadia ha salido algo? los miro con una sonrisa dibujada... pues no, no ha habido suerte ( pensando en los miles de currículum que enviado vía e-mail ) y siguen preguntando... ¿ y como llevas el carnet? ahora si cojo el rotring y me dibujo bien la sonrisa... pues ahí va, haciendo tests.. ( entonces pienso en los pecados capitales y una sirena alarmante suena en mi cabeza: no mentiras! ) si si lo comprendo.. tengo 26 años camino de 27 y soy incapaz de sacarme el puto carnet de los cojones! lo sé, soy consciente de ello, pero cada vez que abro ese endiablado libro o me pongo a hacer tests online mi paciencia simplemente se desvanece... y como mis pies tienen miedo a la calle no voy a esas dichosas clases teóricas, en las que hay niñatos o un par o más de hombres y mujeres de mediana edad, contestando a esas estúpidas pregunta-test que nunca han salido en un puñetero examen oficial, se jactan con las respuestas y pienso... ay dios mio! lo único que valía la pena de esas clases era el profesor, que estaba como para echarle un par de.. favores.
Así que fumandome ese insípido cigarrillo me he cerciorado de que necesito acabar con ese dolor profundo que tengo en la espalda, que es nada más y nada menos que el hijoputa del examen de autoescuela, así que he decidido volver a asistir a esas interesantes clases teóricas y ser uno más.
En cuanto al trabajo... eso es otra cosa. Hay crisis dice la panadera, mi madre, mi abuela, mis hermanos, los vecinos, los niños que juegan con una pelota medio desinflada al lado del río, el abuelo que suele sentarse a diario en el mismo banco de siempre mirando hacia el mismo sitio de siempre, la gente que frecuenta los bares, la mamá que pasea su bebé con uno de esos carros maxicosi, incluso la gente online, no se habla de otra cosa, la CRISIS! bueno pues no lo neguemos, aunque cada vez que abro la cartera me doy cuenta de que si hay crisis.
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